Sin poder subir fotos, vaya a saber uno por qué, acá están las últimas novedades del viaje:
Van ya un par de días desde que llegamos a Posadas.
Sin contratiempos, nos encontramos con una ciudad bastante limpia y tranquila.
No hay gente pidiendo en las calles, no está llena de graffitis o tags, no hay basura, en general, aunque se nota que la infraestructura está bastante deteriorada.
La gente es muy muy amable. En el hotel, que está bastante bien, estamos siendo muy bien atendidos.
El nivel, en general, es medio chato. Se nota que no es una provincia con recursos. Hay zonas bastante delimitadas entre casas lindas y grandes, cerca de la costa sobre el Paraná, y el resto. Pero no hemos visto pobreza.
Hoy de tarde cruzamos el límite internacional, un puente de 3Km sobre el Paraná, y pasamos un rato en Encarnación, Paraguay, comprando algo de ropa y unos pocos electrónicos. Los precios son ridículamente baratos para nosotros, aunque solo se puede volver con valores por 150 dólares. Una lástima que Argentina sea tan estricta con eso, porque los brasileros pueden volver con 350, y eso da para bastante más. Sobretodo teniendo en cuenta que ninguno de esos electrónicos baratos se produce en Argentina.
Allá también resultó todo el mundo muy amable. Y no tan pesados como nos habían dicho previamente. Por supuesto que todo el mundo intenta venderte algo, que entres a su tienda, etc., pero al primer "no", nos dejaban en paz.
Se trataba de un barrio solo de comercios, tiendas grandes en general abarrotadas de radios de auto, computadoras, celulares originales y de los otros, etc. Todo muy sucio, barro rojo por todos lados porque la tierra en esta zona es precisamente, roja. Muy roja.
Como el tiempo es escazo, no voy a contar más ahora. Estamos en un ciber que encontramos yendo hacia el centro a cenar, y lo más probable es que compremos algo para comer por acá nomás, y volvamos al hotel. Dicho sea de paso, no hay casi lugares de comida que no sean de pizza o "lomo" (una especie de chivito más bien alargado). Parrilladas, vimos una sola, por ejemplo.
Sé que este relato puede resultar un poco vago, pero hay mucho por hacer y muy poco tiempo, así que en otro momento seguimos.
No hemos comido cosas raras, salvo algo llamado Chipas, que es básicamente un pan con gusto a queso y anís, bastante rico. Estamos bien, contentos, disfrutando y cumpliendo con lo planificado.
El auto se porta como si fuera un 0 Km. Y el GPS, la verdad, para viajar, es un hit.
Sin más novedad, hasta la próxima!
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