Sunday, January 8, 2012

Eco Parque Aventura


El 5 de enero fuimos a la falda del Cerro Pan de Azúcar, en Piriápolis, Maldonado, a un parque de circuitos de turismo aventura, a disfrutar de una tarde de canopy, cetrería, rapel y bagjumping.

Con el cielo limpio, mucho calor, y falta de agua (que olvidamos llevar), nos dedicamos a seguir las indicaciones del personal (muy amable) que nos guiaba a lo largo de los distintos sectores del parque.

De espaldas al Pan de Azúcar.

La vegetación del Cerro es autóctona. Monte serrano con algunas palmeras y básicamente bajo y sin sombra, salvo que uno se adentre bajo el follaje de los arbustos.
Camino de tierra con piedras, algún lagarto y muchas espinas, hubo que recorrerlo en una camioneta del parque por la distancia desde la entrada hasta el sendero de ascenso a los cables; 1,5 Km.

A medio camino había una parada para ponerse los equipos y aprender un poco de cetrería. Caranchos, buitres y gavilanes eran el centro de atención.
Verdaderamente bichos más inteligentes que algunos "perros" que conozco (sin ofender).

Carancho.

Pichón de gavilán.

El lanzamiento a lo largo de dos cables de centenas de metros resultó muy divertido, seguro y cómodo. Rápido y ruidoso, por el rozamiento de la polea. Uno mismo tenía que ir frenando con una especie de guante de cuero, aunque al final de la linga había un freno de asistencia controlado por uno de los empleados del parque.



La parte de rapel fue simple. Desde la última plataforma de canopy había que descender unos metros de nuevo hasta el camino que conducía a la camioneta. Solo medio minuto de bajada, nada más.

Tan fácil como parece.

Al final llegó lo mejor.
Dos plataformas a 8 y 14 metros de altura, sobre un colchón gigante de lona inflable que amortiguaba la caída. Se sentía como ser un doble de película. Diez saltos estaban incluidos en el circuito de ese día. Se podía saltar como uno quisiera, pero había que caer de espaldas. Era la única condición. Al lanzarme desde la plataforma mayor entendí por qué: cualquier sobrerebote en la cabeza o los pies resultaba muy doloroso. Incluso había riesgo de darse la cabeza contra las rodillas, en caso de caer parado. La forma más suave era aterrizar con la mayor superficie de contacto posible.


Vientito en las orejas.



Fue muy disfrutable. Lo recomiendo. Sobre la ruta interbalnearia, metros antes de la entrada a Piriápolis.
Fueron 5 horas y 5 actividades, por 900 pesos (45 dólares al cambio actual).



1 comment:

MartinBayo said...

Muyyyy buenoooooo !!!!!!!!!

disfruteeeee