Generalmente en los informativos uruguayos los periodistas se refieren a los accidentes de tránsito como "accidentes".
Es común oir: "La lluvia provocó un accidente..." o "Por causa de la niebla..."
No creo que la Naturaleza esté de acuerdo con eso.
Cuando llueve, llueve. Punto. La lluvia no provoca accidentes. Manejar como si estuviera el suelo seco, si.
Manejar con niebla como si hubiera buena visibilidad, también.
Hace años que escuchamos estas cosas todos los días y perdemos la noción de accidente. De todos los accidentes de tránsito que hay a diario, la inmensa mayoría no es accidental.
Los accidentes de tránsito son, en Uruguay, la primera causa de muerte en los menores de 35 años.
Sufrimos una epidemia y no hacemos nada para corregirla: la educación no es buena, el control tampoco.
Ante una infracción constatada, los conductores de taxis y de ómnibus siempre argumentan que están trabajando. Como si eso diera derecho a hablar por teléfono mientras llevan pasajeros, o cruzar con luz roja. Basta salir diez minutos a la calle para encontrar alguno de estos ejemplos. En zonas céntricas o periféricas. De día o de noche.
No somos conscientes de que nos matamos por gusto.
Sufrir (provocar) un problema de esta envergadura y no pensar acciones efectivas para corregirlo -con un seguimiento cercano de los resultados conseguidos y demás- nos prohibe todo reclamo. Hay que aceptar los muertos y las secuelas de los heridos. Y no creernos el cuento de que todo sucede por accidente.
Podríamos hacernos cargo del asunto, pero por ahora no está en nuestra idiosincracia.
Hace unos días mi hermano me mandó un mail contándome algo relacionado con este asunto y que, con su permiso, copio íntegramente a continuación
Él se da cuenta del discurso incorrecto de los medios y de la gente.
Ojalá esta forma de ver el problema fuera el primer paso para corregirlo.
Me acabo de enterar de un accidente de tránsito que tuvo una ex-alumna mía.
A las seis de la mañana del 13 de febrero, iban cuatro personas en el auto: su amiga, de 20 años, que murió en el acto.Un tipo de 39 años que murió dos días después. Su novio, que iba manejando ebrio a 120 kilómetros por hora, que estuvo en coma hasta ayer que falleció. Mi ex-alumna tiene fractura expuesta de tobillos y falanges quebradas, tres hematomas en el hígado, la cara desfigurada -anoche la operaron durante cinco horas para reconstruirle pómulo y maxilar-. Estuvo en coma una semana. Ahora está consciente pero todavía no sabe que su novio murió ayer.El accidente fue en Propios, en el barrio de ellos, en esa calle que el pibe conocía por haber manejado mil veces por ahí. El pibe iba en pedo y con exceso de velocidad, se dio contra un pozo de una parte de la calle que estaban arreglando. La prensa: informaron que había muerto una joven de 18 años (tenía veinte), dijeron que la que había muerto era mi ex-alumna, dando algunos sus iniciales y otros su nombre completo; y todas las notas culminan con una reflexión sobre la Intendencia que supuestamente no "habría" señalizado bien el pozo, y por eso murieron ellos.
O sea: o la prensa está jodida, o no entiendo nada. El pibe iba en pedo y a ciento veinte por una calle que conocía y que estaba señalizada. ¿Me están jodiendo? ¿Es necesario ser tan tendencioso y darle palo a la Intendencia? En todos los lugares donde está la noticia publicada hay abajo veinte, treinta o cincuenta opiniones de gente echándole la culpa a la Intendencia, a Ana Olivera, a los políticos, de la muerte de mi ex-alumna (que no murió). Después nadie entiende por qué hay un descreimiento de la clase política. Y por qué no hay conciencia sobre no manejar ebrio. Hay veces que detesto a los periodistas Gonza, en serio, estoy re caliente y de última prefiero compartirlo ahora contigo que escribir abajo de una nota en Internet. Muy salado todo vo, la puta madre.
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