Hace dos días me saqué las ganas:
después de 5 años de no correr, por problemas en mi rodilla izquierda, el sábado participé nuevamente en la carrera San Felipe y Santiago, de 10 Km de longitud.
Es una carrera que organiza la Intendencia de Montevideo desde hace 15 años, en la que no pude participar después del año 2005, cuando una rótula se hizo cargo de darle impulso a mi panza.
Después de haberme probado durante todo febrero, haber mejorado paulatinamente los tiempos, y cerciorarme de que el problema de la rodilla estaba superado, el sábado 13 a las 19 hs. volví a sentir la motivación de una rambla llena de gente animando a la salud.
Ancianos, mayores, jóvenes y algún niño (pocos, la verdad) corrieron estos 10 Km bordeando la ciudad, desde el barrio Carrasco hasta el barrio Pocitos, en el límite con Punta Carretas.
El clima ayudó, estaba incluso algo fresco, y creo que no hubo situaciones complicadas con gente desmayada o cosas así, propia de años anteriores.
Todavía no sé cuánta gente hubo inscripta. Mi número era el 4772, y me inscribí cerca del límite final, asi que supongo que había unas 5 mil personas.
Felicitaciones a todos los que corrieron, caminaron, se divirtieron, compitieron, acompañaron y apoyaron, porque el fin último de esta carrera es promover la salud.
Gracias a mi prima Lourdes, profesora de Educación Física, que me orientó en el re-entrenamiento y me dió el último empujoncito para agarrarle confianza a mi rodilla y anotarme para correr, y a mi súper novia, que estaba tan entusiasmada como yo, y es la responsable de llevarme por el camino de la buena salud.
Después
El tiempo individual se controlaba con microchips,
que registraban el momento exacto de salida y el de llegada.
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