Friday, August 6, 2010

La fuerza de la razón

Quiero contar algo digno de alguna otra parte del mundo.

Hace cosa de un mes, fui a pagar el alquiler mensual de mi apartamento a un local de una cadena de cobros, llamada Abitab.
El monto no era exacto, y terminaba en ,24 (veinticuatro centésimos).
Pocos días antes habían dejado de tener valor de circulación las monedas de 50 centésimos, teniendo que hacer los redondeos al valor entero más próximo.
Como es natural, terminando en ,50 o menos, se redondea al valor inferior, y precios que terminan en ,51 deben redondearse hacia arriba. Sentido común, ¿o no?
Resulta que en este local de cobros, la cajera que me atendió decidió redondear a su favor (hacia arriba). Cuando conté el vuelto, le dije que le faltaba darme un peso.
Me contestó que no, que ella redondeaba así.
Le pregunté cuál era su criterio, y me contestó "Yo redondeo como me conviene. Vos querés redondear como te conviene a vos."
Esto derivó en una discusión, amable pero absurda, sobre por qué se quería quedar con parte de mi vuelto.
Ante tanta necedad, decidí irme y hacer la consulta posteriormente en Defensa del Consumidor (Área del Ministerio de Economía y Finanzas).
Muy amablemente me atendieron, y me confirmaron que, efectivamente, existe cierta reglamentación que rige el redondeo, y que me daba la razón en el asunto.
En este momento es bueno aclarar que $1, al cambio de hoy, equivale a 5 centavos de dólar; o sea, casi nada.
Me tomaron los datos y me dijeron que iban a comunicarse con la casa central.
La semana pasada me llamaron de Defensa del Consumidor, para pedirme que mandara una imagen escaneada del ticket correspondiente a ese pago, directo a las oficinas centrales de esa red de pagos.
Con más curiosidad que esperanzas, envié el ticket.
Al día siguiente, me volvieron a llamar para notificarme que mi peso estaba a mi disposición en el mismo local del problema, y que pasara cuando quisiera a retirarlo.
Inesperado, pero cierto.
Obviamente fui a buscarlo, y hablé con el dueño de la sucursal, quien me explicó que no conocían la reglamentación y que a partir de mi caso había estado hablando con los empleados y que, en adelante, ya sabían cómo proceder con los redondeos.
Satisfecho del funcionamiento de Defensa del Consumidor y, por qué no decirlo, de la actitud de la red de pagos, es que les dejo esta foto con LA moneda.


No sé si guardarla como un recuerdo de las molestias que provoca la gente mal educada y ventajera, o de el avance que ha tenido el país en respuestas hacia la gente.